Tanto en la forma de escribir, como en las palabras usadas, la forma de dirigirse al receptor, las pausas, etc. La intención inicial del emisor se ve, de esta forma, "contaminada" por la energía de sus propios sentimientos.
Un estado neutro al escribir facilitará siempre la comunicación.
Es mejor evitar escribir un mensaje importante si estamos alterados (preocupados, tristes, enfadados...), porque nos podemos sabotear a nosotros mismos.