En primer lugar se realiza un testaje energético del estado actual de la vivienda, detectando y desglosando los diferentes tipos de influencias negativas.
Se realiza una primera fase que consiste en la detección y anulación de las fallas y/o corrientes subterráneas.
Si existen en la vivienda, se localizan y desplazan las chimeneas cosmotelúricas.
Finalmente, se restablece el nivel de energía óptimo para la vivienda, tras neutralizar el resto de energías densas y las tecnopatías, realizando una comprobación final para ver que los valores alcanzados sean los correctos.