Hoy me ha salido un post un poco conspiranoico. O desconspirador, según se mire…
Siempre os digo que somos seres energéticos, que estamos rodeados de un aura compuesta de varias capas o niveles.
Un aura que además cambia según sean nuestros pensamientos y emociones. Porque TODO tiene energía. Los seres humanos, los animales, las plantas, los objetos y los lugares emiten una determinada vibración.
Y aún así, parece que la existencia del sistema energético humano es algo que a los mortales nos cuesta mucho creer. 😉
Nos hemos alejado tanto de nuestra propia intuición que necesitamos que nos lo demuestren todo, que alguien nos confirme que lo que sentimos es real. Ya sea la televisión, los políticos, la wikipedia o los descubrimientos científicos.
El ¿desinterés? de la ciencia
Una noche me asaltó un pensamiento que no me dejaba dormir. ¿Cómo es posible que hayamos llegado a Marte y no seamos capaces de conocer cómo funciona en profundidad nuestro sistema energético?
¿Cómo puede ser que exista tecnología lo bastante avanzada para hacer funcionar el acelerador de hadrones del CERN y no se haya investigado científica y seriamente la existencia del aura, los chakras o los meridianos energéticos?
Los avances en ciencia se producen cuando alguien, en algún momento, se plantea que debe de existir algo más de lo que se sabe en ese momento.
Si nadie quiere ir más allá, si nadie tiene interés en investigar seriamente un tema, está claro que nunca se demostrará oficialmente nada.
Parece ser que la ciencia oficial no quiere ir más allá en la investigación del sistema energético humano. Pero si que existen investigaciones de tipo extraoficial (por ejemplo para uso militar) que investigan esos campos de energía y cómo manipularlos.
Parece ser que aquí se juega a un doble juego: por un lado oficialmente la ciencia nos quiere convencer de que nada de esto existe (y mantener al rebaño calladito y tranquilito), mientras en la sombra se realizan investigaciones subordinadas a los intereses de los poderosos, como el proyecto MK-Ultra o la tecnología Blue Beam.
Aunque no hace falta ir tan lejos en la teoría de la conspiración.
Solo hace falta encender la televisión para darnos cuenta de con qué tipo de información, programas y películas nos están “alimentando” la conciencia.
Mantenernos en la inopia
El objetivo final es mantener al ser humano sumido en su inconsciencia.
Si seguimos convencidos de la absoluta materialidad del ser humano, creeremos que no podemos controlar nada de lo que nos ocurre en la vida. Que no somos más que meros trozos de carne ambulante a merced de los elementos.
En cambio, saber que somos más que materia, que tenemos un campo de energía que interactúa con el mundo, y que ese mismo campo se ve afectado por los patrones de pensamiento y las emociones… pondría un poder en nuestras manos que sería MUY PELIGROSO para el sistema.
Nos daría INDEPENDENCIA y los que mueven los hilos del mundo perderían parte del control que tienen sobre nosotros.
Que seamos capaces de controlar nuestra energía responsabilizándonos de nuestros pensamientos y emociones, pone muy nerviosa a Matrix. 🙂
¿Y tú? ¿Quieres la pastilla azul o la roja? 🙂