En este artículo hablaré sobre la toxicidad energética de algunas personas. Cómo convivir con este tipo de personas sin agotarnos energéticamente en el intento y cómo aprender el máximo de ellas.
La gente tóxica
La mayoría de nosotros ha tenido contacto alguna vez con gente tóxica. Personas que podrían encajar en la siguiente descripción:
- Se quejan siempre de su vida.
- Ven el lado negativo de todo.
- Critican continuamente.
- No escuchan, solo hablan de ellas mismas.
- Usan el chantaje emocional para conseguir lo que desean.
- Siempre achacan sus problemas a algún factor externo (el mundo está en su contra)
- Se consideran los más desgraciados del mundo mundial.
Todos nosotros podemos llegar a tener un comportamiento tóxico en momentos puntuales de nuestra vida. Somos humanos y no siempre estamos de buen humor.
El problema no está en sentir emociones de baja vibración (no quiero llamarlas negativas porque no lo son). El problema surge cuando ese estado de ánimo es continuo y además se convierte en una forma de vida.
[piopialo vcboxed=»1″]En las personas tóxicas el ser así les reporta el beneficio de conseguir la atención de los demás.[/piopialo]
¿Cómo te afecta eso a ti?
No es necesario estar frente a frente con esa persona para que te afecte, a veces una simple llamada telefónica suya basta para notar cambios en tu estado de ánimo:
- Cuando acaba la conversación te sientes enfadado, triste, de mal humor o empiezas a preocuparte por algo en lo que antes no habías pensado (o que nunca te había preocupado).
- Te sientes extremadamente cansado.
- No puedes quitarte a esa persona de la cabeza en un buen rato.
¿Qué me ha pasado?
Pues que hemos sintonizado con la vibración que emite esa persona. Las emociones de ira, miedo, tristeza, rabia, juicio, culpa… nos hacen vibrar a baja frecuencia. Nosotros, como seres resonantes que somos (recordemos que somos un 70% agua), podemos llegar a conectar con la frecuencia vibratoria de otras personas y hacer que afloren nuestras propias emociones.
Por ejemplo: si lo que siento es tristeza, esa persona me ha hecho conectar con mi propia tristeza. Si siento rabia, he conectado con mi rabia reprimida.
¿Vampiros?
Si lo que siento además es un cansancio extremo, lo que ha ocurrido es que nos hemos descargado energéticamente. Esa persona ha vampirizado parte de la energía de nuestra aura. No lo hace conscientemente, simplemente ocurre porque vive en un estado tan bajo de energía que necesita fuentes de energía externa para sobrevivir. Es como si recargara sus baterías enchufándose a los demás.
¿Qué puedo hacer?
- Evitar el contacto con esa persona en la medida de lo posible.
- Si esto no es posible, practicar técnicas de protección basadas en la intención y el control mental de la propia energía.
- Inmediatamente después, elevar la energía que no nos corresponde.
- Practicar regularmente visualizaciones para cortar ataduras energéticas o técnicas como el Ho’oponopono.
- Practicar meditación, yoga o cualquier otra actividad que sirva para centrar tu energía y que sea más difícil que te desequilibren.
- Saca una enseñanza de la experiencia.
La toxicidad como aprendizaje
No siempre todo pasa POR algo, pero si pasa PARA algo.
Es bueno plantearse las preguntas «¿Para qué me pasa esto?» y «¿Qué me está enseñando esta persona?»
La gente tóxica nos puede estar enseñando grandes cosas. Debemos aprovechar para extraer la máxima información que podamos de este tipo de relaciones. Por ejemplo:
- Enseñan a ser consciente de nuestra propia energía y del modo en que la perdemos o ganamos.
- Nos conectan con emociones propias que quizás nos toca trabajar en ese momento.
- Nos hacen conscientes de que estamos «atados» a ciertas personas y la necesidad de cortar esos lazos.
- Y sobre todo nos hacen conscientes de cómo afecta a nuestro estado de ánimo todo lo que pensamos y sentimos.
Mientras más centrados en nuestro corazón estemos, más difícil será conectar con las bajas vibraciones de la gente tóxica.
Aprovecha que estás delante de ese magnífico espejo que es una persona tóxica. Aprende lo que puedas de la experiencia y después, cuando creas que ya no puedes aprender más, dile adiós y que se vaya a dar la brasa a otra parte 🙂
Me ha encantado!!!
Realmente, no somos conscientes del poder que tenemos y mal utilizado puede hacer daño.
Gracias Maribel, lo explicas muy claro
Me alegro que te haya gustado el artículo 🙂
Un abrazo!
Maribel, me ha gustado mucho tu artículo y enseguida he visualizado a una persona de la familia, pero a la que no le puedo decir que vaya a dar la brasa a otra parte jajaja. Me ha gustado lo que dices de aprovecharlo para mirarme a mí misma y aprender. Así que a observarme, protegerme de su toxicidad y a aprender :-)))
Felicidades!!
Gracias Diana, me alegro que te haya gustado el artículo. Todo tiene su aprendizaje 🙂
Un abrazo!
Por cierto (me acabo de acordar!) pronto redactaré un artículo donde os explicaré una visualización que va genial para «cantarle las cuarenta» a una persona sin tenerla delante. ¡Es muy efectiva! Todo el que la ha hecho (me incluyo) después en la vida «real» ha notado cambios en la relación con esa persona.